El hombre puede ajustarse a
su ambiente cambiante sólo si se conoce a sí mismo, si sabe cuáles
son sus deseos, sus impulsos, sus motivos y necesidades. Tiene que
volverse más prudente, más juiciosos y más autónomo. En otras
palabras, tiene que volverse mas maduro.
La tarea de guiar el
desarrollo del niño para que pueda hacer frente a las exigencias de
la vida no es fácil. Y aunque los padres tienen que desempeñar un
papel fundamental, no serán capaces de realizar por sí solos la
tarea. Especialmente en el caso de los jóvenes desposeídos, donde
la pobreza, la desnutrición, la educación inadecuada, la
discriminación y la desorganización social son moneda corriente.
Sólo mediante un esfuerzo
mucho más decidido, la solidaridad por parte de todos nosotros,
mejoraremos nuestras condiciones y alcanzaremos un grado razonable
de felicidad y de eficiencia social para todos los jóvenes, no sólo
la posibilidad de la mera supervivencia física.
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